Blanco.

Sesos devanados corroen y adornan esta habitación, no es como si estuviese dormida o muerta, tampoco es señal de inconsciencia.

Estoy presente, coherente, cabal. La memoria es la falla que adormece mi cerebro inflamado y gris.

Silencio.

Comienzo el recorrido con la mirada, escucho y anoto con las uñas rojizas y a medio existir. El estado incorpóreo ya no es una opción, el dolor comienza a punzar y mi voz decide gemir.

Paciencia.

Recojo los retales de lo que alguna vez fue alma, carne y sangre; camino como se me da a entender.

Coraje.

Encuentro la salida, apenas consciente de la oscuridad, una luz me deslumbra y me cuesta acostumbrarme; cierro los ojos, al abrirlos hay un espejo.

Terror.

No he muerto, pero tampoco puedo asegurar que vivo.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Puufff me gustó!

debería ser una letra de alguna canción obscura.

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