El siete del siete


Fotografía por: Brian Osornio

Y entonces se fue, en medio de excusas y pretextos. Se fue por la puerta de atrás, me dejó con la palabra en la boca y la ira en la garganta. Se fue, me dijo que para no pelear, para no romper más esto que ya estaba roto. Me dejó en medio de sombras, las propias y también las de ella. Cogió su cazadora y salió a la lluvia como cliché de película romántica y yo no fui hombre para ir tras ella. Yo no quería que se fuera y se fue. Yo no quería quedarme y me quedé.

En mis ojos sentía sus pasos peléandose por deshacer el camino andado, y sin que pudiera darme cuenta uno a uno se acumularon en mis cuencas hasta que se desbordaron por el rabillo y rodaron por mi mejilla, cada golpeteo de su tacón contra el asfalto era una puñalada masoquista que me ataba al suelo, incapacitándome para moverme y traerla de nuevo a este café, a mí. Si fuese diferente tal vez estaría con ella en medio de la calle, a media lluvia y a pleno beso, pero soy quien soy y no voy a obligarme a ser otro sólo para retenerla a mi lado.

Su sombra penetraba en mi cuerpo, fría y callada me reprochaba cada hora, cada instante lejos de su calidez, me incitaba a buscarla y lo hice; la busque pero ya era tarde, la busqué y no supe encontrarla. Como todo lo que inicia, ella también terminó.

Comentarios

Superman /S\ . ha dicho que…
Me gustó (y). Sigue escribiendo así.

Atte: tu amigo Superman (Mansuper) ;-).

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