Saliendo del personaje

 Querido Blog:

Confieso que hace tanto que quería  hablarte como si fueses un ente viviente que se alimenta de todos los lectores que me gusta inventarme y que, secretamente, te visitan de vez en cuando si el spam que hago por todas mis redes sociales funciona; pero me he visto acallada por el TOC que me asecha cuando intento escribir aquí otra cosa que no sean mis textos. 

Me has ayudado a lo largo de los años a comunicar, vanidosamente, al mundo lo que pasa por mi mente y he tenido el ego tan grande de nombrarte "Mi mente" como si lo que tengo por decir realmente fuera importante para el mundo más allá de esta pantalla. Has sido donde vierto la verborrea que se me desborda cuando siento tanto y no puedo compartirlo con nadie en específico porque me juzgo tan fuerte que tengo que encontrar palabras rebuscadas y acomodadas de formas rimbombantes para darle validez a lo que sufro. 

Te escribo hoy en vísperas de un año más para disculparme por aquellas entradas que guardas y no son públicas por la vergüenza propia y ajena que causan; disculpa también mis ausencias prolongadas y mis arranques compulsivos de hiperactividad. Perdóname, también, por visitarte únicamente cuando el dolor es insoportable o la vanidad muy grande. 

Soy tan mala prometiendo cosas a mí misma y a seres inertes que dejé de intentarlo; soy incapaz de cumplir el ser más activa y escribir más constantemente. Soy un cúmulo de defectos y entre ellos está el no escribir siempre que quiero, sin embargo, intentaré hacerlo con más frecuencia. Especialmente ahora que parece ser que los lectores que me invento son más frecuentes. 

Me despido de este año que fue estéril en su mayoría y devastador en el final. Gracias a ti, que me lees y a veces comentas; no dimensionas cuánto agradezco tus visitas y cuánto me inspiran a seguir escribiendo. Ojalá que el 2022 sea un año de éxitos y felicidad para todos y cada uno de ustedes, que crezcan y tengan a lado a gente que les ama y valora. Se llevan consigo un cachito de mi corazón.

Sinceramente suya, a ratos.

Yefunné.