Secreto.

 El tiempo recorre el mundo y acompaña cada latido de los corazones silentes que palpitan bajo la piel y gritan en silencio por un amor incapaz de ser aceptado. Son sus oraciones fervientes las que llegan, libres de salmodias, al viento; quienes quieren ser escuchadas aún en el mutismo.

La noche acompaña a los besos que nunca se dieron. Se baña en el deseo de haber existido y se regocija en el sentimiento que los acompaña: sea deseo, anhelo o cariño. Se pierde en la inmensidad del ojalá. Oh, Alá. 

Es la oscuridad donde los amantes primerizos y secretos guardan todo lo que tienen para ofrecer y callan aquello que les avergüenza decir. Se torturan con supuestas humillaciones que se inventan ante la perspectiva de mostrarse vulnerables, de quedar con los sentimientos desbordados y a plena vista.

Es un miedo irracional al salir lastimados y, a la vez, es un lastimarse innecesariamente por la incertidumbre. Es quererlo todo pero temer darlo.

¿Qué es el amor en estos tiempos? ¿Qué es el querer compartir con alguien y no saber si es recíproco? ¿Cómo se llega, estimado e inventado lector, a ese punto donde se habla sin miedos y se quiere sin limitantes?